Pocas veces en la vida he querido algo tanto como ser
locutora. Recuerdo mi alegría y mi alivio el día que supe que estudiaría Periodismo:
la tranquilidad mía y de mi madre de saber que iría a la Universidad era razón
suficiente. Pero sé que aquella alegría no sería ni remotamente la felicidad
que sentiría si lograra hacer locución.
No paro de imaginarme frente a un micrófono hablando y
hablando. Estoy loca por escucharme por la radio, de casualidad, mientras
camino por la calle, y ver que hay gente atendiendo y comentando… Es un sueño
que sé que puedo cumplir, y creo que eso es lo mejor de todo. Hay tantas
aspiraciones que sabemos que no lograremos… pero sé que esta no es una utopía,
sé que puedo hacerlo bien, por eso espero con desespero la oportunidad de
probarme.
Pero no una oportunidad de media hora, de un día, de cubrir
unas vacaciones… Quiero mis días, mi tiempo, la vida en un estudio de radio,
con un director y un operador de testigos, y uno, aunque sea un oyente a quien lo
que diga le sirva de aliento y compañía.
Quiero morirme de frío en ese pequeño espacio donde el aire
te hace creer que no estás viviendo el verano de Cuba, quiero temblar del
nerviosismo de hacer lo que me gusta y querer que salga bien, quiero ser parte
de la magia de la radio.
No importa que me falte tanto por aprender: lograr la
cadencia donde va, no dejar las ideas abiertas, no omitir sonidos, articular lo
suficiente… ay dislalias, ay grupos fónicos, ay golpes de estacato, ayyyy.
Pocas veces en mi vida he querido tanto algo. Y mira que disfruto mi trabajo de
editora de una página web, pero esto es más, mucho más. Que no me cuestionen mis
colegas y amigos del gremio. Pero yo quiero ser locutora. Quiero hacer
locución.
Creo que ya lo eres, robale el microfo a cualquier locutor de Radio Mambi y con el mayor desenfado comienza a realizar tu anhelo...
Hola, Norberto, gracias por confiar en mí, y créeme que he pensado en métodos similares, jajaja. Gracias por seguir conectado con lo que no te había dicho...
Hola. no te diré nada nuevo o desconocido.
La radio suele ser parte de la vida
estar en ella es una magia
esa que solo se conoce cuando se tiene un micrófono
en la mano
cerca de la bocay totalmente amarradoa a los sentimientos
sabe que del otro lado
laguien te escucha
te aplaude, te admira te censura
es la fachada tu voz
es tu andar lo que dices
trata de que te crean
si no es asñ
abandona a tiempo la radio
para que te crean cree en tí misma
para que te admiren
haz lo mismo con quienes te escuchan
no pierdas lo sensato de conversar con esa gente
que ama o te odia según seas tçu
la radio es más que un medio
es un mundo
una verdadera tela de araña
que cuando te fascina no te deja marchar.
!Qué pena aquellos que la maltratan!
Sí, Céspedes, esa es la idea, sé que la radio es magia pero también reto. Gracias por el consejo.
bueno hija felicidades por ti, yo precisamente dejé la radio por el temor de "escucharme" hablando por la radio.
admiro a quienes lo hacen, paciencia, tranquilidad y conocimientos se necesitan para ser locutor, más allá de la técnica, que definitivmente no lo es todo.
pienso que es una importante profesión, brinda compañía en las largas noches de aquellos que viven en soledad, informan en las agitadas mañanas de quien desayuna en familia antes de ir para la escuela o el trabajo, y también entretienen aquel -y lamentablemente cada día menos- que escucha la radio por la buena música o por informarse.
el locutor es una importante pieza en la orquesta que es la radio, difícil oficio de quien tiene un día que anunciar la noticia más feliz de la jornada, y minutos después, casi llorar contando la muerte de alguien querido.
por eso respeto mucho la profesión, muy temida por mi, al igual que es el magisterio, porque tiene que construir tantas realidades, y no con la imagen, la mímica o un data show, sino con la voz.
roba, como dice norberto, el micrófono a alguien, y ponte a hablar, y mientras, como aliciente, grábate y reproduce tu voz en un mp3 mientras caminas hacia yu emisora jajajaja
ojalá y sustituyas algún día o te adueñes de un espacio y lo hagas tuyo, talento, paciencia, una dulce voz y cultura no te faltan.
Ayyy mi Chino bello, que lindo cierre. Ojalá y mi profesor pensara como tú, jajajaja. La verdad es que me da mucho miedo, no creas, sé que es una profesión difícilísima, y en efecto, es técnica pero también empatía... Sé que algún día seré una buena locutora tendré mi espacio, algún día, no importa cuándo, pero ese día llegará, y gracias de nuevo por creer en mí. Ojalá estés cerca y disfrutemos juntos.
Y a la vuelta de los años he ahí tu sueño realizado. Una buena materialización de la añeja sentencia de que para triunfar hay que perseverar. Felicidades, LOCUTORA.