Hay gente a
quien sencillamente nunca le llega la suerte. O al menos no la de la fama y el
éxito, y no le queda otra opción que conformarse con el aplauso de la familia y
el optimismo de los amigos.
Hay tanta
gente con tanto talento sin poder enrumbar, y solo porque la vida no ha tenido
en sus planes que le toque.
De qué vale
el buen trazo, la pluma fina, el acorde preciso… si pocos lo conocen o lo
disfrutan? Desgasta pasarse la vida creando y soñando, queriendo e intentando,
para después de mucho tiempo darte cuenta que te han destinado a ser parte de
una media o integrar el montón de desconocidos y subvalorados por otros que
valen menos que tú.
Desde que
naces te enseñan a luchar por lo que crees, a trabajar para hacer lo que te
gusta, y te hacen ver que todo depende de ti. Pero no te mencionan el factor
casualidad: estar a la hora indicada, con la persona indicada, en el lugar
indicado, incluso en el país indicado.
Si desde
pequeño te lo hubieran enseñado tal vez hoy no pensarías que tu esfuerzo
debería ser suficiente, ni te lamentarías del fracaso porque tendrías claro que
el éxito no depende solo de ti.
Está bien la
satisfacción personal, el crecimiento espiritual; está bien ser cabeza de
grupo, orgullo de familia, aunque es obvio y natural y merecido querer más. Pero
en definitiva, qué hacer, si parece que la vida ha decidido por ti. No
obstante, por si acaso, no pares con tu sueño. Quién sabe si un día…
no no no, luchar es verdad que desgasta pero asumir eso de "estar a la hora indicada..." no, que me parece un pensamiento existencialista... la suerte no es del que la busca, sino del que la encuentra... pero para encontrar hay que buscarla....