"A mí me gusta compay, vivir aquí donde vivo..."
Fragmento del tema A mí me gusta, compay, de Eduardo Sosa.
Eduardo Sosa
sí que ama a Tumba 7. No solo lo dicen sus canciones: ahora lo reafirma un
nuevo proyecto que pretende crear para llevar hasta allí lo más destacado de la
cancionística cubana.
Su peña
cultural en la Casa del Alba en La Habana ha sido el punto inicial de esta idea
con alcance nacional, y en la que ya se incluyen las provincias de Villa Clara
y Camagüey.
“Cuando la
solicitud de Villa Clara para que estuviera allá solo puse una condición: que
me llevaran a los municipios. De esa manera he tenido a Corina Mestre en
Corralillos; por Manicaragua han paso Angelito Quintero y Martha Campos; Raúl
Torres cantando en un parquecito chiquito en Quemado de Güines; en Camajuaní,
Calabazar… lugares así poco favorecidos con el arte”.
¿Sueño por
cumplir?
“Lo que yo
digo es que estoy matándome el enanito que no pude matar en mi infancia. Yo me
volvía loco por querer ver a mucha gente allá en Mayarí, y en Tumba 7 ya era
soñar demasiado, pero que pasaran por ahí para poder verlos no solo por
televisión. Entonces estoy tratando de que esos sueños, que todavía mucha gente
los tiene en esos lugares, los haga realidad.”
Municipios camagüeyanos
como Vertientes, Sibanicú y Esmeralda ya han disfrutado de reconocidos
intérpretes de la cancionística cubana gracias a la idea de Sosa de extender el
arte por comunidades poco beneficiadas con la cultura. Excelente intención que
ahora tiene a Santiago de Cuba como próximo destino.
“Hacerlo
aquí va a ser el punto culminante de todo este proyecto, de este gran sueño,
porque entonces sí podré llevar a muchos artistas a Tumba 7, a Guamá, a
Chivirico, a Tercer Frente… a esos lugares a donde nadie va, o si van es solo a
las fiestas populares. Pero yo quiero que lo mismo en el patio de un museo que
en una casa de cultura, la gente pueda compartir con esos artistas, que lo
toquen, que vean cómo es que toman un café, o qué le gusta y qué no, y además
de eso, ellos actúen para la comunidad”.
Los
encuentros pretenden realizarse cada dos meses, siempre con la conducción de
Eduardo Sosa y con la presencia de actores, músicos, cantantes y otras
personalidades del mundo cultural cubano.
He aquí el sueño
de un trovador santiaguero, la ilusión de un guajiro devenido en uno de los más
importantes y auténticos exponentes de ese género en el país, que sabe lo que
puede cambiar el arte, y cómo en medio de la montaña, el sonido de una guitarra
y una voz se escuchan diferentes.
Siempre es bueno conocer qué hacen artistas como Eduardo Sosa, siempre tn auténticos... sus proyectos son muy interesantes, ojalá se concreten en esta ciudad, y dice cosas muy ciertas, zonas como Tumba 7, lugar donde nació, es difícil acceder al arte, por eso un guiño de complicidad con Sosa